¿A quién le sirve el conflicto en el Renap?
¿A quién le sirve el desorden en el sistema de identificación?
Alejandro Balsells Conde
Nos ilustra el Diccionario de la Real Academia que por “conflicto”, en uno de sus significados, debemos entender “apuro, situación desgraciada y de difícil salida”, y todos hemos sido testigos de cómo el Registro Nacional de las Personas (Renap) se ha convertido en el mejor monumento institucional a la improvisación y sobre todo es el icono a la ausencia de coordinación con entidades que debían ser directamente beneficiadas en la implantación de un número único de identificación en el país, léase IGSS, SAT y TSE, entre otras, pero sobre todo, de forma perpleja hemos corroborado que el conflicto es permanente.
En el diario oficial del miércoles recién pasado se señala por el Tribunal Supremo Electoral y sus técnicos informáticos que “hay inconsistencia en la estructura del código y los sistemas biométricos” y a la vez también se ha informado en otros medios sobre Documentos Personales de Identificación duplicados.
Todos tenemos anécdotas relacionadas al Renap y quien no la tenga que visite cualquiera de las sedes para darse cuenta de cómo está funcionando el asunto, pero el objeto de estas líneas es evidenciar que alguien está interesado en mantener el conflicto, es decir, esa situación desgraciada que nos aqueja. ¿A quién le sirve el desorden en el sistema de identificación?, la contestación tiene cientos de respuestas, desde estafadores profesionales que roban propiedades, hasta delincuentes habituales que deben modificar su identidad, pero sobre todo es propicio para quienes usufructúan posiciones de poder y después estarán corriendo en la búsqueda de recursos económicos para paliar los grandes hoyos que la improvisación ha ocasionado. El conflicto en lo electoral es crítico porque pocos saben que la dirección que se reporta cuando se obtiene el DPI no tiene ningún efecto en el empadronamiento, así si vivíamos en Chinautla y ahora nos mudamos a San José Pinula, y según muchos con la declaración al sacar el DPI, basta y sobra para estar bien registrados, se sorprenderá cuando sea convocado para votar en Chinautla, siendo lo más seguro que se enterará el día de la votación, así que la publicidad del TSE en torno a que la garantía del padrón es contar con un solo número de ubicación en el mismo, es inoperante.
¿Está preparado el Tribunal Supremo Electoral para actualizar a todas las personas que obtengan su DPI en el ámbito nacional y registrarlos en el padrón que efectivamente corresponde a su residencia para el próximo proceso electoral?, la respuesta es obvia y de hecho, muchos no saben ni dónde quedan los puestos de empadronamiento, así que este verdadero relajo no beneficia a nadie que de buena fe ejerza derechos y espere contraer obligaciones, pero sobre todo, ningún político saldrá bien parado, incluso ni esos que tienen sobre su conciencia haber creado ese engendro institucional llamado Renap. Una elección, aunque limpia, pero desordenada, es un problema para la legitimidad del país, así que esperemos que las universidades y los Colegios Profesionales coadyuven a buscar soluciones a una situación que puede convertirse en el instrumento de suicidio de la democracia guatemalteca. El directorio del Renap lo integran una magistrada al TSE que por lo leído en prensa cuenta con todo el apoyo de sus émulos, un delegado del Congreso que los diputados increpan por ineficiente y por estar metido en problemas de corrupción pero que no lo relevan, y como por 15 Viceministros de Gobernación que han integrado el órgano desde que se fundó la institución, así pues, esperemos que por lo menos la voz de los técnicos sea escuchada y que de una vez por todas se intenten atajar las graves irregularidades que ejecuta el terrible Registro Nacional de las Personas.
Publicado en elPeriódico: 08-06-10