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Asociación Guatemalteca de Alcaldes y Autoridades Indígenas

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viernes, 6 de agosto de 2010

OPINION César A. García E.



Color de la tez: gris


El Renap debe cerrarse. Es desastroso.

En enero escribí en este mismo espacio la columna “¿Votantes indocumentados?”. En ese momento pocos se preocupaban de la gran amenaza que significa haber salido de la cédula para migrar a un documento aún menos confiable… varios me acusaron de estar equivocado, ser quejón y estar obligado a proponer soluciones… para muchos el DPI era la panacea. 
Semanas antes a aquella columna, había ido a tramitar mi DPI. Durante varios meses, cada vez que revisé el estatus del documento en el sitio web del Renap, me indicaba que estaba en “control de calidad”. Finalmente, ¡siete meses después!, estuvo listo y me apersoné a recogerlo; en la cola de espera se escuchan pavorosas historias: gente de la tercera edad que “no existía” y está angustiada por no tener cómo identificarse para heredar a los suyos o comprobar la propiedad de sus bienes; personas casadas que aparecen como solteras, muchachos de 18 años que aparecen casados hace diez años, hombres adultos cuyo sexo –según Renap– es femenino, etcétera.

Luego de esperar unos 40 minutos finalmente me entregaron el documento, cuya pésima calidad realmente me espantó. La licencia es –por mucho– un documento de mejor calidad; la foto es a colores, perfectamente clara y contiene elementos de seguridad que proyectan confianza. El DPI, por el contrario, es más parecido a un carné de Universidad o Colegio, pero inferior; la foto en blanco y negro de precaria resolución no permitirá identificar plenamente a su propietario. El color de la tez de todos los guatemaltecos es –en pleno siglo XXI– gris.

Nuestra antigua cédula, con muchas limitaciones, consignaba datos importantes –para efectos de identificación– tales como color de la tez, la forma del cabello, color de los ojos, cicatrices y lunares visibles, estatura, etcétera. Por otra parte, el proceso de reposición de cédula era –en varias municipalidades– expedito. Comparando mi única y original cédula –pues jamás saqué otra– con el DPI, debo decir que mi fotografía de la cédula que data de 1979 –tomada por mi padre– tiene cien veces mejor calidad que la de mi “moderno” DPI.

Es menester reconocer los fracasos y desaciertos… para avanzar. El Renap debe cerrarse, genera documentos nada fiables, de pésima calidad y el servicio es desastroso. ¿Qué si es muy caro cerrar el Renap? Por supuesto, pero será más caro poner en riesgo todas las posesiones de los guatemaltecos, será mucho más caro que cientos de miles de ciudadanos no puedan demostrar que lo son, será terriblemente oneroso que millones de chapines no existan jurídicamente. Las elecciones y lo que puede esconderse tras el desbarajuste –quizá deliberado– del Renap, es sólo la punta del iceberg. De esa cuenta, lo que diga la OEA casuísticamente sobre el DPI y las elecciones, es irrelevante, comparado con el gran riesgo que todos corremos con la existencia de ese monstruo, nacido de la corrupción que se llama Renap. ¡Piénselo!

Fuente: elperiódico