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Asociación Guatemalteca de Alcaldes y Autoridades Indígenas

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lunes, 16 de agosto de 2010

OPINION elEditorial

El Renap apesta

Las numerosas e interminables denuncias de irregularidades y anomalías que se han formulado contra el Registro Nacional de las Personas (Renap), incluso ante el Procurador de los Derechos Humanos, han puesto de manifiesto la sistemática violación del derecho humano a la identidad de los guatemaltecos, así como el basurero en que se han convertido los registros civiles del país.

El Renap, desde su creación, ha estado controlado por el gobierno y sus finanzas a disposición de los voraces e inescrupulosos financistas del oficialismo. Prácticamente, fue tomado como un botín político y las consecuencias de este despropósito están a la vista: la identificación de las personas es un caos total.

Por supuesto, además de las implicaciones que esto está teniendo para la vida de las personas en sociedad, en los ámbitos civil, laboral, familiar, comercial e internacional, y de la intencionada facilitación del tráfico ilegal de personas, los errores y horrores en torno a la emisión del Documento Personal de Identificación (DPI) han puesto en jaque al proceso electoral, al cual el Tribunal Supremo Electoral deberá convocar en mayo del año entrante.

Efectivamente, si se incorporan los DPI al padrón electoral, éste se contaminará y corromperá inexorablemente. Imaginemos por un momento que el padrón electoral se llene de números duplicados o multiplicados, de documentos falsificados o con imprecisiones o alteraciones importantes, así como de extranjeros con DPI. Actualmente, el padrón electoral está basado en la cédula de vecindad, que no es un documento de identificación personal enteramente confiable, pero, ante la crisis del DPI, debería mantenerse el estatus actual.

Si bien el gobernante Colom ha manifestado que está dispuesto a intervenir el Renap, ha trascendido que lo hará políticamente, es decir, con carga electoral para favorecer al oficialismo. Esto sería una barbaridad porque confirmaría que al gobierno le importa un bledo el derecho humano a la identidad de las personas y que, efectivamente, se está fraguando un fraude electoral.

Lo procedente es que se lleve a cabo una intervención técnica del Renap, que el Congreso reforme la Ley del Renap, específicamente para que se prorrogue la vigencia de la cédula de vecindad, y que el rescate de la identificación de las personas se declare de emergencia nacional.

Finalmente, queremos advertir (sin llevárnosla de profetas) que, dados los graves problemas por los que atraviesa el Transurbano, negocio oscuro fabricado entre el oficialismo y el arzuísmo, será el próximo Renap. ¡Ya verán!


Fuente: elperiódico